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martes, 16 de septiembre de 2014

Nostalgia o algo así.


[Relato más breve de lo común].

Él tenía muchas debilidades, las recuerdo perfectamente.

Le gustaban mis rodillas, "parecen de cristal" solía decir. Jamás entendí aquello, pero sonaba bonito en sus labios.

Le gustaba el lunar en mi hombro izquierdo, y le gustaba el que estaba un poco por debajo de mi pecho, en el centro.

Le gustaban mis ojos, "a la luz son tan verdes que parece que estás llena de vida, pero a la oscuridad se vuelven oscuros, como tú."

Pero no, yo no era oscura. Él lo era. Con su aura de misterio, y sus ojos oscuros. Su manera de susurrar mi nombre, como si fuera especial.

Su manera de caminar, como si supiera que podría tener el mundo a sus pies, tan sólo extendiendo la mano.

Él era todo lo que necesitaba, veía, sentía y quería. 

Él lo era todo, ¿ahora? Ahora es la persona a la que mi mente acude cuando se siente sola, y quiere recordar cómo alguien fue capaz de amar a esta chica, a este desastre, a esta mar de tristeza, a este sin fin de malos pensamientos, a esta noche de insomnio.

A esta cerilla, que sabe que se está consumiendo y que su efímera existencia está por acabar, pero que sigue luchando y, sí, se consumirá, pero no sin antes dejándote alguna que otra quemadura.

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